Protege a tus súbditos
de la vorágine de mi Madrid y su clamor,
y guíales hacia el oasis
que atesoras en tu interior.
¡de seguro otra historia!
traspasamos el umbral,
-incita a la relajación-
poneros cómodos y ¡hala!
Esa paciencia sencilla
solo enmudecida por,
la penumbra
de esos farolillos y lámparas,
de colores turbios,
por su luz gastada,
y su música arabesca sosegada.
Cruce de saludos,
me siento en la bancada de más al fondo,
se me sugiere una infusión de pétalos de rosa
¡deliciosa!
Mientras tanto: techos agusanados
recreándome recostado,
sobre telas gastadas de Damasco,
me incitan a la reflexión y al descanso.
Por ahí algún artilugio
para que la –fumada-,
sea más fresca y aromática
y lastime menos la garganta.
Colgados objetos metálicos repujados,
marquetería y algún que otro tapiz,
y ese friso y su cenefa, que se desliza por los bajos del lugar,
percibo aromas mil.
Té, café, licores con esencias aromáticas
me transportan a esa fuentecilla, con su chorrito
y se me aparecen bailarinas sensuales
deleitándose en su propio contorneo,
cual si fueran serpentinas
bailando abrazándose, al mismísimo viento.
En la luna de ese espejo velado
me ha parecido –entrever-
a la- sultana Cherazada-
con esa media sonrisa picarona
recordándome...
-EL CUENTO DE LAS MIL Y UNA NOCHES
(Por el encantador pub estilo árabe Al Yabal, de Madrid)
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Al-yabal significa... la montaña, en árabe, me lo dijo el dueño del pub -que así se llama- está cerca de casa y tiene una decoración exterior e interior sobre todo -estilo árabe- impresionante -me resulta impactante- por éso le hice el poema, es una obra de arte en sí misma-por su armonía- por todo. Cada vez que puedo llevo a mis amigos y conocidos. Aparte de todo tipo de bebidas y combinaciones, tienen todo tipo de infusiones árabes una de las veces que fui al pub -antes de escribir el poema- coincidió con que había espectáculo- con danzarinas de la escuela de danza bailando danzas árabes (de esos-as artistas "que se buscan la vida" para sacarse un dinerillo mientras estudian, te los encuentras en los pubs, en la calle, en el retiro, en cualquier sitio), bailan divinamente, por eso hago referencia de ello en el poema lo escribí -aunque luego lo retoqué- en el mismo pub, un día que fui y no había nadie y me permitió recorrerme el local a mis anchas y empaparme de él. Se respira una tranquilidad especial -distinta- con su música, su luz, su armonía...
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