Paisaje.

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Bosques al cielo
implorando piedad,
y tapices verdes
bebiendo rocío,
calmando su sed
de reflejos y cristal,
alfombrando los pies
a los señores de las sombras
-en busca de compañía-
e inquilinos
para sus habitaciones vacías.
Pajarillo errante...
que construyes tu nido
en las ramas del gigante,
al poquito a poco
lo haces confortable,
de aquí para allá
-ramita a ramita-
construyes tu hogar,
protegido por el follaje
vendrá la nueva hornada
-a la casa-,
con el bien más preciado
“la libertad”
y con naturalidad;
volar, volando, volar
y beber y chapotear,
sin complejos
en el espejo...
que serpenteando
derrochando vida,
contorneándose
como una moza
en edad de merecer,
-que se sabe deseada-
y querida;
y repartiendo por igual
y para todos
-alegría-.

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..."Verdes" que acogen al pájaro errante y libre -que calma su sed en "el cristal"-

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Este poema lo escribí en una de mis escapadas a la sierra -al pantano de San Juan y por la zona del nacimiento del río Alberche-en la fotografía-(por esta zona hice mis primeros estarceos por la sierra hace unos 35 años). Hay dos pueblos, Navaluenga y Burgohondo en los cuales siempre que llego por la zona me gusta hablar con los lugareños (con los viejos del lugar y contarles que yo estuve por allí hace muchos años y si estábamos arriba en la sierra bajábamos a por provisiones al pueblo y ellos me cuentan sus cosas)
Lo escribí en mi viaje más reciente por el lugar....era verano -epoca de sequía- los árboles piden agua al cielo, la hierba bebiendo todavía el rocío e la mañana. Era temprano y los árboles estaban esperando que anidaran los pajaros que beberían en las aguas del río...

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