La morada de los duendes.. (130) 4-9-06

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Desde tiempo inmemorial –milenios ha
los poetas –emisarios de otros mundos-
están buscando
la morada de los caprichosos duendes,
que bien –porque se asustan-
o por capricho –se esconden-
y hay que estar fino para encontrarles...

...En la luz de las luciérnagas.
...En la espiritrompa de las mariposas.
...En la ciudad-factoría de las abejas.
...En el águila –majestuoso Rey de los Cielos-.
...En el aullido del lobo
-pidiendo cuentas a La Luna por tanto acoso-.
...En la risa del delfín.
...En el azogue de los espejos –y sus secretos-.
...En la limpia sonrisa de un niño
y en la del anciano (cauta y paciente)
como diciendo: ya, ya... ya aprenderán.
...En los espejismos –y tiene guasa-
¿verdad o mentira?
-quizás la entrada a otros mundos-
para buscar la última pieza
del puzzle...-de la pajotera vida-.
...En las almas rotas
de los borrachos y vagabundos,
-llorando para adentro con la paciencia del último-,
mientras otras (almas)
se peinan y se ponen pamela
y coquetean con el espejo
mirándose el trasero.
...En los noctámbulos
-cuando el mal de la noche les puede-
inyectándoles más tranquilidad
de la que pueden soportar.

...En el silencio de los locos
“cada uno con su historia”
que tarde o temprano la contarán,
y para los valientes queda
el comprenderlas y digerirlas
-sin que se les revuelvan las tripas-.
...En esas lágrimas como puñales
(sí, también están ahí)
de los proscritos,
de los desheredados,
de los desprotegidos
y perdedores...
que buscan todos los días
-su estrella- y no la encuentran.
...Y en esas alcobas
-desde las que se mueven hilos de poder-
y hace que el mundo
no sea peor... de lo que ya es.
...Y en la danza del vientre.
...Y en los tambores de las tribus.
...Y en los últimos apaches de la niñez.
...Y en los trucos de los magos.
...Y en los pinceles del pintor.
...Y en La Piedad.
...Y en El David.
...Y en La Capilla Sixtina.
...Y en La Sagrada Familia.
...Y EN LOS SUEÑOS...
Están en tantos sitios...
y tienen tantísimas casas...

Pero hay que estar muy atentos
y si les encontramos
-hay que mimarlos-
para que no se vayan,
de todas maneras
-son muy tunos-
y siempre se escapan.
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VER COSAS, OBSERVAR, CONOCER... ESTIMULA LA IMAGINACIÓN Y ENTONCES SUELEN APARECER LOS TAN CAPRICHOSOS DUENDES...
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