Volcán que abrasa
-mi mente-,
quema mi cuerpo
y a la vez,mi alma.
Lléname de ti.
Son las lágrimas
del león errante:
libre, salvaje;
que nadie entiende,
excepto su hembra
-su amiga-
aquella que no tiene
más remedio que soñar,
cuando el volcán explota;
cuando la ansiedad
quema su llanto,
y solo sé mirarle,
observar,
aprender,
y en mi sufrimiento...
callarme.
RECORDANDO A MAR...
.
Este poema me lo escribió una mujer con la cual estuve un tiempo. Era inteligentisima, pero resultó ser una alcohólica. Bebía a espaldas mía y la dejé. Este poema esta escrito en un coche, en una servilleta de papel a muchos km/h y yo exploté a llorar por las circunstancias entonces en mi vida al margen de ella.
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