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-En mi despertar-.
Sin turbulencias...
ni amarguras,
después del
“descanso de Luna”.
Abriendo el día
con ganas
-despejando dudas-.
Armonizando
y acompasando
“los Azules dormidos”
con los del Alba.
Y las mañanas
-nacen a término-
sin dolor
y sin dramas.
Azules claros
de mañanas
sin heridas.
De días
sin espinas.
El sol
en lo más alto
-ilumina-,
hacia la tarde
-tranquila.
Y “Los Azules”
se adormecen
en espera
de La Luna...
que me hace
“sentir seguro”
y me ofrece
-su cuna-.
15-8-08
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¡Un buen día!... y llega la Noche -buena compañía-...
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viernes, 16 de enero de 2009
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