Te enseñaré...

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Tus ojos
sólo delatan sorpresa.
Te olvidas
del sabor del guiso
y sus condimentos
-hueles sólo la tapadera-.
Te conformas
con llenar tus alforjas
de alhajas,
rosas...
y palabras bonitas
(ni siquiera sentidas)
Siento frío en mi piel
cuando la recorres
y no me comprendes
cuánto me daña
que no me bucees.
Te regalaré una mirada
plena de amaneceres
...palabras mágicas
al margen de los "quereres".
Te enseñaré...
a acariciar mi alma,
si es lo que quieres.

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Aunque al escribir ésto no me refiero a alguien en especial me quiero referir a alguna mujer superficial. Me gusta que me profundicen y comprendan y estoy dispuesto a decir cómo.
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