Superstición.

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Adorando a lo desconocido
“entre miedos y sueños de paraíso”
-idolatrando fantasías-
por temor al castigo,
o en espera
de no se sabe qué recompensa
-implorando beneficios.
...Rogando y como con el mazo dando
expiando culpas para salir renovados
y descargados de peso y volver a la carga
empezando de nuevo como si nada.
Todos los poderes “en los tiempos”
se han abrazado a las divinidades
“entre miedos y sueños de paraíso”
subyugando a sus pueblos
para tenerles atontados y manipulados.
Miedos y sueños...
convirtiéndolos en tradiciones
que ruedan solas por inercia
y no hay que salirse de ellas
porque no sabes lo que cuesta...
entre el peso del pasado
con sus fiestas señaladas y esperadas
-cual telaraña pegajosa...
que no puedes despegártela-
“y además no se trabaja”, se descansa...
a veces en sitios que huele a niñez
y de juerga pa eso son las fiestas...
entre imágenes, parafernalias y algarabías
“guardianes del camino”
entre lo místico y lo profano
-al paso de la comitiva protagonista-
alimentando todavía más la predisposiciòn
“en sus sentires”. ¡Hay que sentir!
demostrando al gentío ¡hasta dónde!
y se va gestando el sicodrama –colectivo-
hasta el éxtasis y los trances
-que dicen que limpia el alma-
parecido a una limpieza de cutis
-pero por esos adentros-
y libera la conciencia
hasta la siguiente
y ya limpia resta o suma puntos
en ese pasaporte para “El Azul”.
El hacer tradición
dicen las leyendas que suman
y además así no se pierden...
con sus folkclores “y sentires”
...de abuelos a padres y a hijos
por los siglos de los siglos...
El folkclore ¡oiga! ¡cuidado!... no se toca.
Desmarcado de “estas corrientes sin final”
-por mis obras me conoceréis-
en los caminos zigzagueantes...
con tropiezos, escalabros y levantadas
-nada más juzgado por “mis adentros”-
y hay veces que me impone
unas penitencias que no veas...
-pero benévolos me permiten seguir-
procurando no volver a delinquir
y seguir creciendo como persona,
no mirando demasiado lejos...
-paso a paso-
y mirando sólo “para los arribas”
para ver que tal día hace...

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11/1/09

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LAS SUPERSTICIONES "SON LAS CADENAS DE LAS GENTES", QUÉ INMADUROS NECESITAN UN CORDÓN UMBILICAL PARA SENTIRSE SEGUROS Y PROTEGIDOS, PERDIENDO EL SABOREO DE LA LIBERTAD -TEMIÉNDOLA- O POR IGNORANCIA. Javier

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No suelo tocar temas religiosos por respeto a que cada uno tiene el derecho a pensar y creer lo que quiera. Pero hace poco aquí en una ciudad española -Barcelona- en los autobuses urbanos empezaron a poner publicidad sobre la existencia de dios y ateos hicieron lo mismo -me parece ridículo por parte de ambos. Pero bueno el hecho de que creyentes hicieran ésto me ha impulsado a escribir esto
Las religiones desde siempre -creo- son un vehiculo de manipulación de los poderes hacia el pueblo -a través de los miedos-
Mucha gente no saben sacudirse de ellas porque van unidas a tradiciones...unido a fiestas y descanso
La doble moral 1º en cuanto a la apariencia -el lucir bien ante los demás-. Y otra por la dualidad de tener creencias y el poder que ejerce el entorno y la sociedad, la verdad tiene que hacer un lío ¡pero que se hagan adultos y sean honrados consigo mismos!
Aquí en españa, sobre todo en Andalucía se hacen muchas procesiones y festejos religiosos y pasa como con las navidades, la gente se transforma. Siempre alrededor mucha rimbombancia, ostentosidad, ceremonias más bien de fiesta, turismo, juerga...
Hay mucha gente que yo creo que estando al margen le dan yu-yu (como no saben que por ignorancias miedos -un no sé qué- la verdad es que impresiona porque lo rodea un halo místico (que como digo puede rayar en el sicodrama) y no saben desprenderse de ese tipo de sentimientos religiosos
En esto las tradiciones ancestrales, familiarea pesan mucho, es como un cordón umbilical que cuando se rompe tienes que ser tú mismo, y éso da miedo.
Yo soy ateo por conviccion y a mucha honra, educado en una familia y un colegio religioso hasta los 16 años . A esa edad me desmarqué.

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