.
Pasa con su pañuelo
la mora, desinhibida,
ligera, contenta,
sin complejos.
Si dicen que dizan,
pero no dicen,
porque tiene
ganado el respeto
en su gracejo
y naturalidad;
sintiéndose en casa,
enamorando
miradas
que se entregan
en el paso
de la princesa,
que seduce
en su naturalidad.
.
5/6/09
.
El otro día vi pasar por la calle una jovencita (unos 16-18 años) musulmana, muy simpática, muy adaptada. Y me sugirió este poema.
Totalmente distinto a otro que escribí por otra chiquita que vi en el metro.
Cierto que las cosas cambian depende de como sea la persona y que caracter tenga. Javier
javier eguílaz VELAS AL VIENTO
Hace 8 años
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